martes, 29 de julio de 2008

Peter Maurin, santo y filósofo del Movimiento Trabajador Católico



por Marcos y Luisa Zwick


Peter Maurin enseñó a Dorothy Day no todo lo que ella sabía, pero casi todo.
Se conocieron en 1933. Peter había sido mandado a Dorothy Day por George Schuster de la revista Commonweal. El había buscado a Dorothy Day particularmente porque ella era periodista, pensando que ella podría publicar un periódico donde sus ideas podrían estar expresadas. Dorothy Day no estaba muy segura de Peter de primero porque él hablaba mucho y con un pesado acento francés, pero la hermana de Dorothy, Tessa, lo había recibido en su departamento y Dorothy lo escuchó.
Dorothy había ido a Washington, D.C., para cubrir una protesta de hambre de los desempleados. Durante este tiempo ella sentía muy fuertemente la separación de sus viejos amigos que estaban protestando bajo la bandera socialista. ¿Dónde, ahora que ella era católica, podría encontrar un lugar donde podría usar sus talentos para ayudar a sus compañeros trabajadores, a los pobres? El 8 de diciembre de 1932 (la Fiesta de la Inmaculada Concepción), ella fue a la Capilla de la Inmaculada Concepción en la Universidad Católica de América allí en Washington, D. C., y pasó la mañana en oración, pidiéndole a Dios que le ayudara a encontrar una manera de integrar su nueva fe con su preocupación por los pobres. (Irónicamente, este es el mismo día, el 8 de diciembre, en que los editores del Trabajador Católico de Houston se conocieron, años después).
Cuando ella regresó a Nueva York, Peter Maurin la estaba esperando.
Dorothy describió su impresión favorable de Peter en su autobiografía, diciendo, "Yo encontré esperándome a un hombre de estatura baja y rechancho de cincuenta años o más, tan andrajoso y áspero como los que protestaban. Estaba intensamente vivo, alerta, aun cuando estaba callado, leyendo o pensando. Cuando hablaba, la inclinación de su cabeza, su expresión animada, el calor de sus ojos, sus ademanes, sus hombros, todo su cuerpo, exigían la atención."
Dorothy notó cosas en su primer encuentro, características de Peter que se confirmaron en los años que ella lo conoció. "El hablaba de ideas, no de personalidades. Mientras otros estaban siempre analizando, hablando el uno del otro, usando las vidas y actitudes de otros para ilustrar sus ideas, Peter era siempre impersonal, delicadamente esrupouloso de nunca hablar de otros, de nunca hacer comentarios derogatorios."
Según su libro de Dorothy, La larga soledad (Sal Terrae, 2000), cuando Peter la conoció el empezó inmediatamente lo que él llamó luego su educación. Por varias semanas después él venía cada tarde y hablaba por horas acerca de sus ideas--acerca de un bosquejo católico de la historia, de las vidas de los santos, las enseñanzas de los escritores de la Iglesia primitiva, filosofía personalista contemporanea y del programa de acción que él había desarrollado para implementar la la doctrina social católica--la enseñanza de los Papas. Sugerió muchas lecturas para Dorothy.
El programa de acción que presentaba Peter Maurin a Dorothy consistía de discusiones de mesa redonda para la clarificación de pensamiento, casas de hospitalidad (donde católicos pudieran practicar las obras de misericordia como se presentan en San Mateo 25:31ff. y en la tradición de la Iglesia), y de universidades agrónomas.
Peter era muy persistente, puesto que él andaba buscando apóstoles para compartir su trabajo.
Anuncien, no denuncien
Dorothy recordaba que Peter "hacía sentir un sentido de misión tan pronto como lo conocieran. El no pintaba un panorama de miseria e injusticia tan intenso que te hiciera arder por cambiar al mundo. En vez de eso, él hacía sentir en uno un sentido de sus propias capacidades para trabajar, para cumplir. Hacía sentir que usted y todos los humanos tenían un gran y generoso corazón con que amar a Dios. Si alguna vez se reconociese este hecho en uno mismo, sí podría esperar encontrarlo en otros. Más grande que esto, era tener fe en el Cristo en otros sin poder verlo a El. Bienaventurado es el que cree sin ver."
¿De dónde venía Peter Maurin?
En el tiempo en que él conoció a Dorothy Day, Aristide Peter Maurin había ya formado su propio síntesis de las ideas que él primero había aprendido en su devota familia católica en Francia, donde al caminar e ir y venir a la aldea, su padre le instruía acerca de las "máximas provocantes" del Evangelio, y en su educación por los Hermanos Cristianos de La Salle. Cuando ya creció él fue por varios años un novicio en la orden de los Hermanos de La Salle, donde recibió una educación excelente en liturgia y teología, en las vidas de los santos y en la espiritualidad benedictina. Como un novicio y después al dejar la orden, él participó en el movimiento católico llamado Le Sillon en Francia. Según Arthur Sheehan en su libro Peter Maurin: Creyente Alegre (Hanover House, 1959), este movimiento, y grupos de estudio en los que él participaba, enfatizaban una alegre, pero ascética fe como la de San Felipe Neri, una fe que implica la dedicación de la propia alma entera, de la imaginación, los sentimientos y emociones al igual que la inteligencia. El sueño era que con la intensa dedicación cristiana, amor, responsabilidad y acción por justicia social, problemas sociales desaparecerían al notarlo la gente: "Vean como esos cristianos se aman los unos a los otros."
Aun cuando él era novicio en la orden de los Hermanos Cristianos de La Salle, Peter estaba obligado a participar en el servicio militar francés. Después de dos años de servicio él era llamado periódicamente a las reservas por dos semanas mas.
La conscripción militar estaba en contra de los principios cristianos pacifistas de Peter. El conocía bien la ley natural del derecho de defensa propia y las condiciones filosóficas para una guerra justa, pero su modo era el de San Francisco, de seguir los consejos de perfección del Evangelio.
Peter Maurin tomó una decisión de dejar a Francia, donde su familia vivía y trabajaba en la misma tierra por casi 1,500 años, para ir a Canadá, donde no se le requeriría continuar en servicio militar.
El había estado leyendo Peter Kropotkin, especialmente Campo, Fábricas y Talleres y Asistencia Mútua, donde pequeñas artesanías eran presentadas como un suplemento a la agricultura. Antes de dejar su país pasó algunos meses en el sur de Francia estudiando las industrias de artesanías.
Peter vino a Canadá como un establecedor, con la intención de fundar su casa propia. Después de un par de años muy duros en la tierra allí, él se vino a los Estados Unidos, donde trabajó en varios lugares y eventualmente estableció una escuela de francés en Chicago con éxito. Después, aceptó una invitación para enseñar francés en Nueva York. El era un inmigrante indocumentado en los dos países.
Fue en ese tiempo que él, que había estado buscando una manera de vivir su vocación en este nuevo país y cultura, tomó la decisión de ya no aceptar pago por sus lecciones, pero de ofrecer su trabajo como un obsequio, permitiendo a los estudiantes pagarle lo que ellos creyeran que las lecciones valían. Ese fue el principio de su vida de pobreza voluntaria.
En Nueva York Peter desarrolló sus ideas y programa de acción y escribió muchas obras en un estilo de verso libre. El visitó a varios sacerdotes, editores y otros, explicando su programa, buscando gente para implementarlo. Fue bien recibido por muchos católicos eruditos y activos y más tarde invitó a algunos de ellos a publicar artículos en el Trabajador Católico.
Como empezar
Al compartir sus ideas con Dorothy, Peter le pidió que "popularizara el programa para necesidades inmediatas, lo cual podría ser la semilla para un programa de larga duración, una revolución verde, publicando un periódico, pero se preguntaba como podría empezar esta obra practicamente. Dorothy hizo la pregunta práctica, "Pero, ¿de dónde vamos a obtener el dinero?" La respuesta de Peter estableció el tono para el funcionamiento de todo el movimiento del Trabajador Católico:
"En la historia de los santos, el capital se recaudaba por oración. Dios te manda lo que tú necesitas cuando lo necesitas. Podrás pagar al impresor. Nada mas lee las vidas de los santos."
Dorothy había estado leyendo acerca de la vida de Rose Hawthorne, la hija del autor Nathaniel Hawthorne, que había empezado un hospicio en Nueva York para los pobres que tenían cancer. Su método de recaudar dinero simplemente diciendo a la gente lo que ella iba a hacer atrajo a Dorothy. Quizás ella podría empezar de una manera pequeña.
"Lo que hay que hacer es empezar," seguía diciendo Peter.
Peter pensó pedirle a su amigo Padre Joseph Scully, quien tenía una parroquia grande, poder usar el sótano de la iglesia y una máquina mimeográfica. Dorothy Day también quería conocer a Padre Scully y así un día ella fue a la casa parroquial. Cuando descubrió que el Padre Scully había salido, ella fue a la iglesia a hacer una visita. Como ella lo recuenta, "Allí estaba Peter, la única otra persona en la iglesia en ese momento. El no me vio entrar sino que estaba allí ante el Santísimo Sacramento sin moverse, callado, absorbido, contemplando al altar. De vez en cuando yo veía que levantaba su dedo índice, contando algunos puntos, y luego, silencio de nuevo."
Dorothy no esperó más ese día a Padre Scully, pero pensó en lugar de eso en imprentas. Ella podría tener 2,500 cópias de un pequeño periódico de ocho páginas impresos por $57.00 por la Prensa Paulina.
Y fue así, que el periódico del Trabajador Católico comenzó.
Pero Peter Maurin no estaba muy contento con la primera edición. El pensaba que el periódico estaría simplemente lleno con sus propias ideas. Cuando salió la primera edición el primero de mayo con artículos acerca del trabajo, huelgas, desempleo, columnas escritas por otras personas y otros reportajes ademas de una media docena de "Ensayos Fáciles," por Peter, (como el hermano de Dorothy llamaba su estilo de escribir), Peter protestó:
"El periódico de todos es el periódico de nadie," dijo él. Aún su nombre había sido deletreado mal en la primera edición, como Maurain en lugar de Maurin.
Para la segunda edición del periódico Peter había removido su nombre como uno de los editores. Puesto que él tenía un programa específico y el periódico expresaba muchos puntos de vista, él pensó que sería mejor ser un contribuidor en lugar de editor. "Como editor," dijo él, "se supondrá que yo patrocino o abogo cualquier reforma sugerida en las páginas del Trabajador Católico. Prefiero definitivamente firmar mi propio trabajo, para que se entienda lo que yo apoyo."
Arthur Sheehan nos dice que la presentación de Peter sobre las casas de hospitalidad fue presentado en la edición de octubre para mandarla a la reunión de Obispos en una conferencia nacional de Caridades Católicas de Nueva York. En su campaña para desarrollar casas de hospitalidad para los pobres, Peter citó a un Concilio de la Iglesia del quinto siglo que requería que los Obispos Católicos proporcionaran casas de hospitalidad en cada parroquia de la Iglesia, abiertas a los pobres, los enfermos, los huérfanos y los ancianos.
El resultado inmediato, sin embargo, fue el principio de la primera casa de hospitalidad del Trabajador Católico. Una mujer joven que leyó el periódico vino a demandar que los editores empezaran a dar hospitalidad en lugar de solamente escribir acerca de ello. Se rentó un departamento esa misma tarde y empezó la hospitalidad.
Otros comienzos
Junto con las casas de hospitalidad, otras partes del programa de Peter Maurin fueron desarrolladas durante esos primeros años del movimiento Trabajador Católico.
Profesores prominentes de Columbia y sacerdotes Jesuitas y Benedictinos vinieron a hacer presentaciones al empezar Peter su serie de lecturas para la clarificación de pensamiento, una tradición que continúa hasta este día en el Trabajador Católico. Peter Maurin conocía a estos oradores y ellos venían a su invitación. También traían a sus estudiantes a ayudar en la casa de hospitalidad y para aprender acerca de la idea de Peter de que eruditos y trabajadores compartieran y trabajaran juntos.
En 1936 una granja fue fundada y empezaron comunidades agrícolas. Esta granja y las otras que después empezaron a aparecer por el país fueron un gran desafío porque muchas familias o personas que vinieron a vivir y trabajar en las granjas sabían muy poco acerca de la agricultura. Arthur Sheehan describió la realidad: "Los agricultores nuevos salían a sembrar con grandes esperanzas, pero cuando llegaba el tiempo de escardar, no tenían la disposición de trabajar pacientemente hora tras hora en este difícil aspecto de la cultivación. Peter aconsejó a sembrar en cuadros de semillas y cuando ya las plantas estuvieran como de una pulgada de alto, transplantarlas a la tierra gradada, en surcos. Así sería más fácil quitar la mala hierba rapidamente con una cultivadora."
Las granjas estaban en la linea de la economía distributiva de Padre Vincent McNabb, G. K. Chesterton y Hilaire Belloc que Peter endorsaba.
Peter Maurin también apoyaba mucho a Concilio Interraciales en sus principios y en la lucha por justicia para africano-americanos. El empezó una casa de hospitalidad en Harlem en Nueva York.
Conociendo a Peter Maurin
En una de las primeras casas de hospitalidad, Stanley Vishnewski, quien se unió al Trabajador Católico a la edad de 18 años y nunca lo dejó, conoció a Peter Maurin cuando él se quedó a cenar después de su primer día como voluntario en Nueva York. En su libro Wings of the Dawn (Alas del Alba, publicada por el Trabajador Católico), él cuenta de la conversación de Peter durante esa comida:
"Yo no había sido presentado a Peter pero él no se esperaba por presentaciones. En ese momento su cara se avivó y se animó. Apuntó con su dedo hacia mí y dijo, 'En los primeros siglos de la cristiandad se alimentaba a los pobres, se les vestía y les daba posada, a un sacrificio personal, y los paganos decían acerca de los cristianos: Vean como se aman los unos a los otros.'"
Peter continuó: "Yo estoy en favor de tradición y no de revolución. En el Trabajador Católico debemos de tratar de tener la pobreza voluntaria de San Francisco, la caridad de San Vicente de Paul, el acercamiento intelectual de San Dominic, las conversaciones fáciles acerca de las cosas importantes de San Felipe Neri y el trabajo manual de San Benito."
Peter visitó universidades, obispos, personas en el mundo de finanzas, incluyendo el Wall Street Journal, para discutir economías y su programa.
John Moody, del Servicio de Invercionistas Moody, describió su encuentro con Peter Maurin:
"Cualquiera que lo haya conocido sabe que él puede, a primera vista, hacer que el escalofrío corra por el espinazo, cuando él empieza a hablar. Si cuando él empieza, tu estás sentado recargado en tu silla, te enderezarás en la silla antes de que él haya hablado por cinco minutos. El puede embutir mas verdades en tu craneo a alta velocidad que una persona ordinaria puede hacer en una semana.
"Esa mañana su tema era justicia social. El me dio, entre otras cosas, la sustancia de la encíclica Quadragesimo Anno del Papa Pio XI, la cual hasta ese tiempo yo no había comprendido todavía. Pero Peter lo había comprendido, y él explicó su contenido tan claramente para mí que a poco tiempo pude hablar brevemente de ello a un grupo pequeño de personas intimidantes de Wall Street, y realmente decirles algunas cosas que ellos todavía no sabían."
Crítica de los sistemas económicas
Al analizar la historia de la economía mundial, Maurin dedujo que recientes siglos solo habían traído la destrucción cuando la economía era controlada por interés propio, materialismo y consumismo. Junto con Nicolas Berdyaev, él censuraba el triunfo de la voluntad al poder y afluencia por encima de la voluntad a santidad y genio que habían aparecido cuando el centro de la vida, lo espiritual, se había echado al margen.
Cuando las alternativas del sistema capitalista y la filosofía marxista se discutían, Peter señalaba las deficiencias de los dos. El presentaba una visión alternativa donde cada persona tuviese trabajo creativo, donde los trabajadores fueron propietarios de los medios de producción, y artes, artesanías, oficios prácticos, cooperativas y la vida agraria reemplazaran la fabricación en gran escala, consumiso material y colectivismo.
Como lo presentó la revista Time, "Su mensaje era simple y no comprometedor: Capitalismo, con sus fundamentos en usura y su deshumanización del hombre por la máquina, es tan malo para la humanidad como lo es el socialismo con su estado de depersonalización."
El préstamo de dinero con interés era criticado por Maurin como un problema fundamental en nuestro sistema económico. El citaba a los profetas de Israel y los Padres de la Iglesia que condenaban la práctica. Quizás el preveía las horrendas desigualdades y las injusticias, la falta de preocupación por la persona humana que existen hoy en el Tercer Mundo por la deuda al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional.
Personalismo Comunitario
Peter leía extensamente y estaba especialmente familiarizado con los escritores personalistas como Emmanuel Mounier, Nicolas Berdyaev, Jacques Maritain y Leon Bloy, y los traducía del francés al inglés para el periódico.
La filosofía personalista enfatizaba la dignidad de la persona humana y el reto de tomar responsabilidad personal en lugar de esperar que los gobiernos o burocracias obtuvieran fondos para poder actuar. El personalismo era también la alternativa de Peter para aquellos que querían un partido político católico. El creía en construir una sociedad nueva dentro del casco de la antigua.
Los personalistas, incluyendo a Peter Maurin, creían que la dignidad humana podía ser afirmada solamente por la restauración y primacía de lo espiritual. Como señala Marc Ellis en su libro, Peter Maurin (Paulist Press, 1981), para el "Un humanismo sin Dios podría poner en movimiento las fuerzas que llevarían a la humanidad a una nueva época de superstición e ignorancia, donde todo sería posible y permitido y la persona no contaría para nada." Esto, como muchas de las ideas de Maurin, fue profético.
El holocausto y la cultura de muerte de hoy fueron el resultado de esta nueva época de la superstitución y la ignorancia.
Maurin vio los peligros inherentes de las teorías políticas opuestas a lo espiritual. El predijo y el Trabajador Católico protestó fuertemente en los 1930's el crecimiento del totalitarismo en Alemania y otros países, hecho posible en parte por el crecimiento de la tecnología y burocracia, donde todos los ciudadanos se convirtieron en números con información personal adherida.
A aquellos que ensalzaban el progreso como la gran meta de la vida y civilización, según Maurin y los personalistas, no le entraron el sentido entero de la historia, centrado en Dios.
¿Criticar la Iglesia?
William Miller denota en A Harsh and Dreadful Love (Un Duro y Terrible Amor: Image Books, 1973), que Peter no gastaba su creatividad en criticar la Iglesia. El radicalismo personalista no encontró la idea de la Iglesia como obtstáculo a su filosofía y métodos. Al contario, era solamente a través del radicalismo personalista que la dinamita de la Iglesia podría encenderse. Así Maurin unía la ortodoxia con radicalismo, y este principio era comprendido y ha sido fielmente seguido por Dorothy Day.
Obituario
"Cuando murió Peter Maurin en 1949, la revista Time describió su funeral:
"Vestido con un traje usado y consignado a una sepultura donada, los restos mortales de un hombre pobre fueron sepultados la semana pasada. Estos arreglos eran propios; durante casi toda su vida Peter Maurin no había dormido en cama propia ni usaba un traje que no fuera usado por alguien. Pero a su entierro entre los muchos pobres del barrio al Sur de Manhattan, el Cardenal Spellman mismo mandó su representante. Había sacerdotes representando muchas órdenes católicas y había laicos, ricos y pobres, de lugares tan retirados como Chicago. Toda la noche antes de su entierro ellos habían venido a la pobre tienda donde estaba tendido su cuerpo, para decir una oración o tocar sus rosarios a sus manos cruzadas. Muchos de ellos estaban seguros de que Peter Maurin era un santo."
L'Osservatore Romano, publicado en Ciudad Vaticano, publicó el obituario de Peter Maurin en su primera página.
Trabajador Católico de Houston, Vol. XVI, No. 5, sept.-oct. 1996.

lunes, 28 de julio de 2008

Lech Walesa


Lech Wałęsa nació el 29 de septiembre de 1943 en Popowo, Polonia, hijo de un carpintero. Estudió primaria y formación profesional antes de entrar en el Astillero Lenin, en Gdańsk, como técnico electricista en 1967. En 1969 se casó con Danuta Gołoś, y la pareja tuvo ocho hijos. Fue miembro del comité ilegal de huelga en el astillero de Gdańsk en 1970. Tras el sangriento final de la huelga, en la que resultaron muertos alrededor de 80 trabajadores por la policía antidisturbios, Wałęsa fue detenido y condenado por "comportamiento antisocial", pasando un año en prisión. En 1976 Wałęsa perdió su trabajo en el astillero de Gdańsk por recoger firmas para la petición de construir un monumento en memoria de los trabajadores asesinados. Debido a su inclusión en una lista negra informal, no pudo encontrar otro trabajo y fue mantenido, por un tiempo, por amigos personales muy cercanos. Lech Wałęsa en su periodo presidencial En 1978 junto a Andrzej Gwiazda y Aleksander Hall, organizó el movimiento clandestino Sindicato libre de Pomerania (Wolne Związki Zawodowe Wybrzeża). Fue detenido varias veces en 1979 por desarrollar una organización "anti-estado", pero no fue declarado culpable en el jucio y fue liberado a principios de 1980, tras lo cual volvió al astillero de Gdańsk. El 14 de agosto de 1980, tras el comienzo de una huelga laboral en el Astillero Lenin de Gdańsk, Wałęsa escaló su muro ilegalmente y se convirtió en líder de la huelga. Esta huelga fue seguida de forma espontánea por otras por toda Polonia. Varios días después detuvo a los trabajadores que querían dejar el astillero de Gdańsk y los persuadió para organizar el Comité de Coordinación de Huelga (Międzyzakładowy Komitet Strajkow) para dirigir y apoyar la huelga general espontánea en Polonia. En septiembre de ese año, el gobierno comunista firmó y acordó con el Comité de Coordinación de Huelga permitir la legalización de la organización, pero no sindicatos realmente libres. El Comité de Coordinación de Huelga se legalizó como Comité de Coordinación Nacional del Sindicato Libre Solidarność, y Wałęsa fue elegido presidente de ese comité. Wałęsa permaneció en ese puesto hasta diciembre de 1981, cuando el Primer Ministro Wojciech Jaruzelski declaró la ley marcial. Fue encarcelado durante 11 meses en el sureste de Polonia, cerca de la frontera con la Unión Soviética hasta el 14 de noviembre de 1982. En 1983 solicitó volver al Astillero de Gdańsk, a su antiguo puesto de electricista. Mientras fue tratado formalmente como un "simple empleado", estuvo prácticamente bajo arresto domiciliario hasta 1987. También en 1983 recibió el Premio Nobel de la Paz. No pudo recoger el premio por sí mismo, por miedo a que el gobierno no le dejase volver. Su mujer, Danuta Wałęsowa, recibió el premio en su lugar. Wałęsa donó el importe del premio al movimiento Solidaridad, temporalmente exiliado, y con sede en Bruselas. Conversaciones de la mesa redonda De 1987 a 1990, Wałęsa organizó y lideró un semi-ilegal Comité Ejecutivo Temporal del Sindicato Solidaridad. En 1988 organizó una huelga laboral en el Astillero de Gdańsk, demandando únicamente la re-legalización del sindicato Solidaridad. Después de ocho días, el gobierno accedió a entrar en conversaciones en una mesa redonda en septiembre. Wałęsa fue el líder informal del lado no gubernamental durante estas conversaciones. En ellas, el gobierno firmó y aceptó el reestablecimiento del sindicato Solidaridad y organizar elecciones "semi-libres" al parlamento de Polonia. En 1989 Wałęsa organizó y lideró el Comité Ciudadano del Presidente del Sindicato Solidaridad. Formalmente era únicamente un cuerpo de asesores, pero en la practica era un tipo de partido político, que ganó las elecciones parlamentarias de 1989. (La oposición tomó todos los escaños del Sejm que estuvieron sujetos a elecciones libres y todos menos uno de los escaños del recientemente restablecido senado; de acuerdo con los acuerdos de la mesa redonda sólo los miembros del Partido Comunista y sus aliados podían ocupar el restante 64% de los escaños del Sejm) Mientras que técnicamente era únicamente el Presidente del Sindicato Solidaridad, Wałęsa jugaba un papel clave en la política polaca. A finales de 1989 persuadió a líderes de aliados formales de los comunistas para formar una coalición gubernamental no comunista, que sería el primer gobierno no comunista en la esfera de influencia del bloque soviético. Después de este acuerdo, para la gran sorpresa del Partido Comunista, el parlamento elegió a Tadeusz Mazowiecki como Primer Ministro de Polonia. Así, Polonia, que seguía siendo en teoría un país comunista, empezó a cambiar su economía a un sistema de libre mercado. El 9 de diciembre de 1990, Wałęsa ganó las elecciones presidencialas y se convirtió en Presidente de Polonia para los siguientes cinco años. Durante su presidencia, empezó una llamada "guerra en la cabeza" que prácticamente suponía un cambio de gobierno anual. Su estilo de presidencia fue fuertemente criticado por la mayoría de los partidos políticos, y perdió mucho del apoyo público inicial a finales de 1995. Sin embargo, durante su presidencia Polonia fue completamente cambiada, de un régimen comunista bajo el control estricto de la Unión soviética, a un país democrático e independiente con una economía de libre mercado con un rápido crecimiento posterior. Lech Wałęsa en una conferencia Wałęsa perdió las elecciones presidenciales de 1995. Después de las elecciones anunció que iría a un retiro político, pero ha permanecido activo, tratando de establecer su propio partido político. En 1997 apoyó y ayudó a organizar un nuevo partido llamado "Acción Electoral Solidaridad" (Akcja Wyborcza Solidarność), que ganó las elecciones al parlamento. Sin embargo, su apoyo fue de menor significado y Wałęsa ocupó una posición muy baja en este partido. El líder real del partido y su principal organizador fue el nuevo líder del Sindicato Solidaridad, Marian Krzaklewski. Lech Wałęsa volvió a optar a la presidencia en las elecciones de 2000, pero recibió únicamente el 1% de los votos. Muchos polacos estuvieron descontentos con el hecho de que una vez más intentara recuperar su poder político tras haber anunciado su retirada. Desde este momento ha estado dando conferencias sobre la historia y la política de Europa Central en varias universidades extranjeras. Wałęsa con el senador estadounidense Santorum El 10 de mayo de 2004, el aeropuerto internacional de Gdańsk fue renombrado oficialmente Aeropuerto Gdańsk Lech Wałęsa para conmemoral a su famoso ciudadano. Su firma se ha incorporado al logotipo del aeropuerto. Hubo alguna controversia acerca de si el nombre debía escribirse Lech Walesa (sin diacríticos, pero más fácilmente reconocible en el mundo) o Lech Wałęsa (con la grafía polaca, pero más difícil de escribir o pronunciar para extranjeros). Un més más tarde, Wałęsa acudió a los Estados Unidos representando a Polonia para los funerales de estado de Ronald Reagan. Además de su Premio Nobel, Wałęsa ha recibido otros premios internacionales. Ha sido premiado con doctorados honorarios por varias universidades europeas y estadounidenses.

FEDERICO OZANAM

FEDERICO OZANAM
Precursor del laicado activo



Nacido en Milán el 23 de abril 1813, Federico Ozanam fue una extraordinaria figura del laicado católico.

Desde niño aprendió a respetar al pobre y al desvalido. Su principal modelo fue la viva caridad de su padre, quien como médico asistió gratuitamente a muchos pobres; y la bondad y sencillez cristiana de su madre, que se combinó con su servicio generoso a los desvalidos.

Su educación formal la recibió en Francia, tanto en Lyon como en París, donde leyó mucha literatura anticristiana surgida en ese tiempo, pero al mismo tiempo profundizando con dedicación en el conocimiento de la fe.

En 1831 llegó a París para estudiar leyes. Ozanam se encontró con una sociedad sometida a intensas tensiones, que aún no se recuperaba de la revolución francesa, las guerras napoleónicas y el fracaso de la restauración borbónica. La Sorbona, Universidad donde estudió, es uno de los focos de descristianización de Francia. Federico sufre al contemplar esta situación: «La frialdad de París congela mi sangre... su corrupción paraliza mi espíritu», escribe en esos años. Muy pronto su liderazgo se deja sentir en la Sorbona, al punto que pudo escribir a su familia: «Cada vez que un profesor alza su voz contra la fe, se levantan muchas voces católicas en protesta por ello». Al terminar sus estudios se convertiría en el profesor más joven de la Universidad de la Sorbona.

Nace la Sociedad de San Vicente de Paul
De carácter activo, Ozanam se vinculó con unos compañeros de estudios de la Universidad y con un profesor de filosofía y publicista católico, Manuel José Bailly, dando origen en 1832 a las Conferencias de Historia. Éstas constituyeron un ámbito de apostolado intelectual para contrarrestar el volteriano y santsimoniano ambiente de la Sorbona.

El objetivo de sus primeros fundadores era, en principio, profundizar en su vida cristiana. Estas inquietudes las expresa Federico Ozanam afirmando que "quisiera formar una reunión de amigos que trabajaran juntos en el edificio de la ciencia bajo el pensamiento católico". En ella se daban intensos debates en torno a la fe. En una de las sesiones, que reunía a decenas de jóvenes e incluso profesores de la Universidad, un grupo encabezado por Ozanam toma una decisión: ir al encuentro de los pobres. Pronto empiezan a poner la acción caritativa en un lugar central.

Así, a los 20 años de edad en 1833, y sin abandonar el apostolado o «caridad intelectual» que habrá de ejercer durante toda su vida, Ozanam funda con el apoyo de Bailly y cinco compañeros, las Conferencias de la Caridad o Sociedad de San Vicente de Paul, con el ánimo de «consolidar la fe y de reanimar la caridad en la juventud católica», proyectándose en el encuentro personal con los pobres y trabajando así por la santificación personal y el Reino del Señor.

A través de esta obra busca vincular en una relación personal a indigentes, marginados, carentes de salud y medios para una vida digna, con quienes pudieran aportarles alguna ayuda y apoyo humano y cristiano.

Ozanam afirma entonces que "desearía que todos los jóvenes de cabeza y de corazón se unieran para realizar una obra caritativa, y que se formara en todo el país una vasta asociación generosa para aliviar a las clases populares". Cree que lo más ajustado a la fe es consagrarse a la ayuda de los demás y que "para que Dios bendiga nuestro apostolado una cosa falta: obras de Caridad".

Esos jóvenes que forman la primera Conferencia cuentan en sus pasos iniciales con la ayuda de una Hija de la Caridad, Sor Rosalía Rendú, una mujer conocida en la época por su acción caritativa. Sor Rosalía les puso en contacto con las situaciones de pobreza del París de finales del XIX y animó y ayudó a Las Conferencias en su crecimiento.

Desde el principio, las Conferencias se pusieron bajo el patrocinio de San Vicente de Paul. La caridad era el eje fundamental de la Sociedad, aunque las Conferencias mantuvieron siempre una especial atención a la formación y el enriquecimiento de la fe de los socios. Por ello Ozanam afirma que "queremos que esta Sociedad de caridad no sea ni un partido ni una escuela, ni una cofradía, sino que sea profundamente laica y sin dejar de ser totalmente católica".

La defensa de la verdad y su compromiso social constituyeron los dos polos de su corta pero generosa vida. Con tenacidad y perseverancia fue capaz de levantar una obra que adaptó el cristianismo a las necesidades que presentaba un siglo en el que surgían fuertes ideas contrarias a la religión católica. Quizás su más importante mérito fue haber logrado recuperar el protagonismo para los laicos dentro de la Iglesia.

Federico Ozanam sentó las bases del nuevo pensamiento social defendiendo la justicia en las relaciones laborales y humanas, condenando la esclavitud y rechazando las enormes diferencias entre ricos y pobres. Su obra tendió a sustituir la limosna por la justicia social.

El matrimonio como camino de santidad
Ozanam sintió una inclinación a consagrar plenamente su vida al apostolado, y por lo tanto se preguntaba cuál sería el designio de Dios para su vida. Al regresar de París a Lyon, luego de culminar sus estudios de Derecho y de Literatura, decide retomar más sistemáticamente el diálogo sobre sus inquietudes vocacionales con el padre Noirot, quien había sido su acompañante espiritual durante su etapa escolar. Federico se entrega a un proceso de discernimiento en el que llega a la conclusión de que Dios lo invita al matrimonio. El padre Noirot era un convencido de que el matrimonio es un camino de santidad y que precisamente los tiempos requieren del ejemplo de santos matrimonios. Por ello, junto con una sana teología del sacramento, la apertura a la gracia, la oración y el discernimiento, Noirot supo acompañar el proceso de esclarecimiento espiritual de Ozanam.

En ese tiempo, Federico aspiraba a una cátedra de literatura. Al visitar el hogar de la familia Soulacroix Magagnos con el objeto de dialogar con el rector de la Academia de Lyon, Federico conoce a su hija Amelia con quien comparte ideales y horizontes.

El 23 de junio de 1841, ante su hermano el sacerdote Alfonso Ozanam, Federico y Amelia Soulacroix Magagnos contraen matrimonio.

Ozanam describe como una bendición el nacimiento de su hija María, en julio de 1845. Paralelamente su salud se va debilitando. El diagnóstico de un problema respiratorio encubre la verdad de una enfermedad renal que permanece oculta. Los médicos le recomiendan viajar a una zona de clima más templado. Así, en 1846 Federico y Amelia visitarán nuevamente Italia, aunque esta vez con su hija. Allí, junto a las visitas a los centros culturales y a las grandes bibliotecas en las que nutría su intelecto, Federico infatigablemente tomó la oportunidad para introducir las Conferencias Vicentinas en Italia.

Dedicó su vida a estudiar la llamada cuestión social, teniendo claro que debía completarse con la caridad y que la caridad, a su vez, tenía que completar lo que la justicia por sí sola no puede. Sus actividades marcaron profundamente la historia de la doctrina social cristiana.

En 1853 Ozanam muere en Marsella, después de pasar por una dolorosa enfermedad. Murió muy joven, pero ciento cincuenta años más tarde siguen vivos sus planteamientos sociales y su testimonio evangélico. Su vida se puede resumir en tres palabras: oración, trabajo y entrega. Tres conceptos permanentes en la concepción del cristianismo que Ozanam supo vivir y transmitir.

En 1997 Juan Pablo II lo beatificó en la catedral de Notre Dame, en París.

Thomas Merton


Thomas Merton (Prades, Francia, 1915 - Bangkok, 1968), monje trapense, poeta y pensador norteamericano. Está considerado como uno de los escritores sobre espiritualidad más influyentes del siglo veinte.


Nació en Prades, Francia. Su padre era neozelandés y su madre estadounidense. Su madre falleció cuando él era niño y Merton tuvo una infancia nómada, que le llevó a vivir en Francia, en Bermuda, en Estados Unidos y en Inglaterra. Allí estudió en la Universidad de Cambridge, para trasladarse luego otra vez a los Estados Unidos, donde ingresó en Columbia. Luego completó su tesis doctoral sobre "La naturaleza y el arte en William Blake". Influenciado por sus lecturas e impulsado por una llamada interior, se convirtió al catolicismo en 1938.


Enseñó inglés en Universidad de San Buenaventura y trabajó en un centro católico del barrio de Harlem en Nueva York. En 1941, ingresó en el monasterio trapense de Nuestra Señora de Getsemaní en Kentucky. Se ordenó sacerdote en 1949 y adoptó el nombre de padre Luis.
La montaña de los siete círculos (1948), su autobiografía, es su obra más famosa, traducida a a veintiocho lenguas. También escribió Las aguas de Siloé (1949) y El signo de Jonás (1953), dos volúmenes sobre la vida de los trapenses; Semillas de contemplación (1949) y La vida silenciosa (1957), libros de meditación, así como varios libros de poesía Figuras para un Apocalipsis (1947), Las lágrimas de los leones ciegos (1949) y Las islas extranjeras (1957).


Durante sus 27 años en Getsemaní, Merton se convirtió en un escritor contemplativo y poeta, y se abrió al diálogo con otras religiones, apoyando causas como el pacifismo y los movimientos anti-racistas. En 1959 conoció al sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal al este arribar al monasterio. Después del regreso de Cardenal a Nicaragua, Merton sostuvo con él una activa correspondencia epistolar hasta su muerte que ha sido publicada; este último lo tuvo como su verdadero padre espiritual. Entre los años de 1963 y 1967 tuvo fluida correspondencia con el escritor rumano Ştefan Baciu. Merton murió en un accidente en 1968 mientras asistía a una conferencia entre cristianos y budistas en Bangkok. Está enterrado en el monasterio de Getsemaní.


Merton y Robert Lowell, otro converso al catolicismo, han sido considerados en su tiempo como los dos poetas jóvenes más importantes de los Estados Unidos. Por otra parte, sus diarios y sus cartas, que por expreso deseo de Merton no se publicaron hasta 25 años después de su muerte, revelan la intensidad de su compromiso con el movimiento por los derechos civiles y la justicia social. Desde 1972, el Thomas Merton Center de Pittsburgh concede el Thomas Merton Award, un premio a las iniciativas por la paz.

Dorothy Day ¿De abortista a santa?




Hilarie Belloc en un momento dado escribió: "Los hombres y mujeres conversos son, quizás, el actor principal del creciente vigor de la Iglesia Católica en nuestro tiempo". Y sobre este punto vemos la conversión de Dorothy Day (1897 - 1980), la cual fue una mujer divorciada que abortó por miedo a ser abandonada por su amante, quien permitió a la sociedad de aquél entonces contagiarse del Evangelio y los valores de la Iglesia, y así ser ejemplo de santidad en medio de lo cotidiano.



El fallecido Arzobispo de Nueva York, Cardenal Jhon O´Connor, manifestó en una oportunidad que "la beatificación de Dorothy Day podría recordar a muchas mujeres de hoy lo grande que es la misericordia de Dios, incluso cuando somos capaces de cometer un acto criminal y abominable como el aborto de un hijo. Ella supo bien lo que es estar al margen de la fe y lo que es después descubrir el camino correcto y vivir en plena coherencia con la exigencia de la fe católica".
Darothy nació en Brooklyn en el año 1897, creció en Chicago dentro de una familia protestante. Asistió, más no se graduó, a la Universidad de Illinois. En el año 1916 la familia Day se mudó a Chicago, donde ella sigue la carrera de periodista revolucionaria. Empieza a escribir como corresponsal y hace publicaciones izquierdistas como el Call y el New Masses. Se involucró en asuntos candentes como: los derechos de la mujer, el amor libre y el control de la natalidad.La alegría natural de la fe



Dorothy salió nuevamente embarazada en el año 1926 y esta vez decidió tener al bebé. "Y entonces la pequeña Tamar Theresa nació, y con su nacimiento la primavera llegó a nuestras vidas. Mi alegría era tan grande que me senté en la cama del hospital y escribí un artículo para el New Masses sobre mi hija con la intención de compartir mi alegría con el mundo". Day decidió que su hija sería católica, la bautizaría y ella también se convertiría al catolicismo, aunque el padre de la bebé era un ateo comprometido.



Dorothy era conciente que era imposible hacer aquello teniendo a un amante al mismo tiempo.
Por lo que un día antes de su bautismo se separó de él. "La conversión es una experiencia solitaria. Nosotros no sabemos qué está pasando en las profundidades del corazón y el alma de otra persona. Apenas nos conocemos a nosotros mismos".



Las enseñanzas de la Iglesia, la vida sacramental, la convivencia con los pobres y la lucha contra un sociedad que se burlaran de ella, fueron las cosas que más marcaron su vida.



"The Catholic Worker" lanzó su primer ejemplar el 1 de mayo de 1933, con informaciones sobre las huelgas, el paro, el trabajo infantil, los salarios ínfimos de los negros, etc. Los colaboradores crecieron y los números de distribución también, y fue por lo que se convirtió también en un movimiento para ayudar a los más necesitados y es así que se empezaron a construir casas de hospitalidad, y para 1936 ya se habían construido 33 casas en todo el país debido a la Gran Depresión, lo cual dejó a millones de personas en la total miseria.
En 1980, a los 83 años, Dorothy Day falleció, luego de una vida llena de pobreza voluntaria. El periódico "The Catholic Worker" continúa en circulación y sigue costado el mismo precio que cuando recién fue lanzado: 1 centavo de dólar.