jueves, 19 de junio de 2008

Jaime Guzmán Errázuriz

Jaime Guzmán Errázuriz nació en Santiago el 28 de junio de 1946. Era hijo del matrimonio conformado por Jorge Guzmán Reyes y Carmen Errázuriz Edwards. Ambos padres provenían de familias que habían dado una serie de servidores públicos al país. Fue el único hombre entre dos hermanas, Rosario y María Isabel. En su hogar forjó las virtudes y la fe cristiana que lo caracterizaron durante su vida.Realizó sus estudios en el Colegio de los Sagrados Corazones de Santiago (Padres Franceses), entre 1951 y 1962. Desde un comienzo, mostró su inteligencia y sentido del humor, así como su interés por el fútbol, la música y el ajedrez. Fue siempre un alumno destacado, colaborando en la Revista Escolar y llegando a desempeñarse como presidente de la Academia Literaria. En estas instancias demostró que, más allá de las asignaturas escolares, le inquietaban la religión, la filosofía y la historia. Por aquellos años, su preocupación cristiana se manifestaba en la urgencia con que llamaba a llevar el mensaje de la fe a todos los rincones del país en un mundo que experimentaba transformaciones radicales e incluso revolucionarias. Así, asomaban ya en él las vocaciones por el servicio público y la enseñanza, asumidas ambas como formas de apostolado. Concluye su paso por el Colegio con un vibrante discurso de despedida, el cual aún es recordado por quienes egresaron con él.En 1963, a la edad de 16 años, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile. Tuvo un rendimiento académico sobresaliente el que culminó con su examen de grado, aprobado con distinción máxima, en 1968. Durante su paso por la Universidad alcanzó el Premio "Monseñor Carlos Casanueva" y el "Premio del Instituto de Ciencias Penales", correspondientes a su promoción. Se recibió como abogado con una memoria de tesis titulada “Teoría sobre la Universidad”, aprobada, también, con la nota máxima.Sin estar entusiasmado con la carrera, la escogió buscando una formación de carácter general. La enseñanza, el periodismo y en general toda labor vinculada a la defensa de las ideas, así como la formación de jóvenes, calzaban mejor con sus inquietudes y, por esta razón, privilegió la docencia del Derecho a su ejercicio profesional.Al poco tiempo de haber ingresado a la Universidad comenzó a destacarse y a forjar su liderazgo, resultado elegido como delegado de curso en el primer año. Delinea así las primeras ideas de lo que sería el Movimiento Gremial de la UC -del cual fue su fundador- y que revitalizó el concepto de autonomía de los cuerpos intermedios y la indispensable desideologización de los mismos para poder servir verdaderamente a las necesidades de sus integrantes. De este modo, la doctrina gremialista que impulsara Jaime Guzmán, fundada en la realidad de las cosas y no en una visión ideológica, fue capaz de revertir, primero en la Católica y luego en numerosos gremios y universidades, el control que los partidos políticos ejercían sobre las organizaciones intermedias de la sociedad, con claro perjuicio de las reales inquietudes de sus componentes. El gremialismo se planteó entonces como una corriente de pensamiento que procuraba fortalecer un aspecto vital de toda organización social sana, cual es la autonomía de la sociedad civil que se expresa, entre otros, en sindicatos, asociaciones deportivas, juveniles, profesionales o empresariales.Tenía la convicción, además, que la democracia y la libertad económica de las personas debían ser protegidas de sus enemigos, representados por las corrientes totalitarias que, en los convulsionados años sesenta, estaban dominadas, principalmente, por el comunismo ateo y el socialismo marxista.Desde 1968 desempeñó funciones docentes dentro de la misma Facultad de Derecho, primero como ayudante egresado, luego como profesor auxiliar y finalmente como profesor titular de Teoría Política y de Derecho Constitucional.Durante su permanencia en la Universidad Católica fue elegido para diversos cargos directivos: como estudiante, fue vicepresidente del Centro de Alumnos de Derecho en 1966 y presidente en 1967, año en que el Movimiento Gremial se extendió a toda la Universidad; como profesor, fue desde 1968 miembro del Consejo Académico de la Facultad y, entre 1972 y 1973, representó al profesorado en el Claustro Pleno y en el Consejo Superior de la Universidad, cargos para los cuales obtuvo la primera mayoría dentro de toda la Universidad. Asimismo, entre 1971 y 1973, integró el Directorio de la Corporación de Televisión de la Universidad Católica.Buscando la difusión y defensa de ideas, así como derrumbar los eslóganes que muchos aceptaban fácilmente, es que, a partir de 1968 y casi de forma ininterrumpida, desempeñó funciones periodísticas de diverso género. Así, escribió artículos sobre temas jurídicos, políticos, sociales y religiosos en el diario "El Mercurio" y las revistas "Que Pasa", "PEC", "Portada" y "Realidad". Fue, además, comentarista estable de Radio Agricultura durante el gobierno de la Unidad Popular, de Radio Portales en los primeros años del gobierno militar y de Radio Minería entre 1980 y 1983. Durante dos años y medio (desde 1971 hasta 1974), fue miembro estable del programa dominical de Canal 13 "A esta hora se improvisa", donde adquirió gran notoriedad pública por la agudeza, brillantez y valentía con que defendía sus ideas; preparaba su participación en este programa con especial dedicación, analizando con detalle la prensa de todas las tendencias políticas. Luego, en 1976, participó del programa "La Semana de 8 días", del mismo Canal. Entre 1975 y 1978 fue comentarista estable del noticiero de Televisión Nacional. Entre 1981 y 1986 fue columnista semanal en el diario "La Segunda". Fue, también, columnista de la revista "Ercilla" desde 1978, y del diario "La Tercera" desde 1986.En 1970 desempeña un papel fundamental en la candidatura presidencial de Jorge Alessandri, organizando a los jóvenes e interviniendo en su programa en materias constitucionales. Como representante de la juventud, integró el Comando Nacional de la candidatura, debiendo participar en diversos foros de televisión en los canales 9 y 13, así como acompañando a don Jorge en diferentes giras por el país.Posteriormente, una vez elegido Allende, entre 1970 y 1973, luchó contra el gobierno de la Unidad Popular, ocupando para ello sus tribunas escritas, radiales y televisivas. Su mayor preocupación en esta época era que el Presidente Allende conducía al país hacia un gobierno marxista de corte totalitario y a una guerra civil.En septiembre de 1973 fue designado por el nuevo Gobierno Militar, junto a otros seis profesores de Derecho, para integrar la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución que redactó el anteproyecto de lo que sería la Constitución de 1980 que nos rige actualmente. Destacada fue su contribución en los capítulos doctrinarios de la Carta Fundamental: las bases de la institucionalidad, y los derechos y deberes constitucionales. Así, entre otros, conceptos hoy plenamente vigentes como el principio de subsidiariedad, la autonomía de los cuerpos intermedios, los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana como límite al ejercicio de la soberanía, la libre iniciativa en el campo económico y el bien común, fueron, en parte importante, legado del pensamiento y doctrina de Jaime Guzmán.Desde septiembre 1973 hasta febrero 1983 se desempeñó, además, como asesor del Gobierno en diversas materias jurídico-políticas; y, posteriormente, entre 1983 y 1989, integró la Comisión Asesora de las Leyes Orgánicas Constitucionales. Desde esta posición contribuyó de manera clara y decisiva, en momentos muy complejos, para que el país retornara a un régimen de plena, sólida y sana normalidad democrática. En otro plano, desde fines de 1973 y hasta 1976, fue miembro del Consejo Nacional de Televisión, en representación del rector de la Universidad Católica de Chile. Entre 1975 y 1985, además de sus funciones docentes en la Universidad Católica, fue profesor de Ciencia Política de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE).En el ámbito político, previendo el pronto regreso a la democracia, fue fundador del Movimiento Unión Demócrata Independiente y su presidente entre 1983 y 1987. Posteriormente, fue vicepresidente de Renovación Nacional entre 1987 y1988 y, luego, presidente del Partido Unión Demócrata Independiente (UDI) hasta agosto de 1989.En 1989 resultó electo senador de la República, por la circunscripción Nº 7, correspondiente a Santiago Poniente, luego de una difícil campaña en la que derrotó a Ricardo Lagos Escobar. En su desempeño parlamentario llegó a ser el más importante líder de la oposición al gobierno del Presidente Patricio Aylwin Azócar (1990-1994), figuración que mantuvo hasta su asesinato el 1º de abril de 1991. De hecho, Jaime Guzmán figuró como el más importante político de la oposición en una encuesta realizada en marzo de 1991 por el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC).Días antes de su muerte defendió en el Congreso, con la inteligencia y profundidad que lo caracterizaba, su rechazo a un proyecto de reforma constitucional que permitiría al Presidente de la República indultar a terroristas, la que fue finalmente aprobada el sábado 23 de marzo. Nueve días después, fue asesinado por terroristas en la puerta del Campus Oriente de la Universidad Católica, tras haber dictado su clase de Derecho Constitucional.Hasta el día de su muerte permaneció fiel a su fe y a su vocación de formador de juventudes y defensor inquebrantable de ideas y principios como la preocupación por los más pobres, la libertad, la economía social de mercado y la necesidad de construir una sociedad basada en principios cristianos.
PERFIL HUMANOJaime Guzmán fue un hombre de gustos sencillos, que esquivaba todo lo exótico. En su vestimenta primaba la austeridad. Se consideraba bastante friolento por lo que siempre trataba de estar cerca de alguna estufa y evitar las corrientes de aire.Amante de la ópera y la música clásica, no se perdía temporada operática del Teatro Municipal ni concierto del pianista Roberto Bravo, de quien era amigo. Pero, al mismo tiempo, disfrutaba, también, la música popular, siendo un asiduo asistente al Festival de la Canción de Viña del Mar, que se realiza tradicionalmente en el mes de febrero.Además, era pública su afición por el fútbol, en especial por la Universidad Católica. Sin embargo, dificultades físicas le impedía practicarlo como hubiera querido y, por ello, había hecho un curso de árbitro que le permitía disfrutar este popular deporte desde esta posición.De un carácter afable y muy sociable, tenía amigos de todas las edades. Hablaba con fluidez y propiedad de los más variados temas. En materia gastronómica, también sorprendía con sus conocimientos. Poseía un sentido del humor muy particular, el que afloraba cada vez que era invitado a programas de televisión. Dentro de su círculo de amigos, le encantaba imitar a personajes del ámbito nacional.De acuerdo a testimonios de quienes lo conocieron, junto con poseer una gran inteligencia y una prodigiosa memoria, destacaban en él su amabilidad y capacidad para escuchar al otro. Se convirtió, por méritos propios, en toda una corriente de opinión, llegando a crear sus ideas una corriente y un estilo.Pero, quizá, lo que más lo caracterizó fue su profunda espiritualidad. Mantuvo siempre la misa y comunión diaria, cualquiera fueran las actividades y trabajos que tuviera. Así, su encuentro constante con la oración y la frecuencia de los sacramentos se convertían en su verdadero alimento. Dios fue siempre el centro y motor de su diario quehacer. Intentó durante toda su vida, con toda sinceridad de alma, que los planes de la Providencia guiaran su actuar.

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